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lunes, 13 de septiembre de 2010

Blancanieves se despide de los siete enanitos. Leopoldo María Panero

Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros que caen sin peso sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del bosque crujen, de noche, las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las grietas. Los espejos silenciosos, ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado, ahora, qué grotescos. Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos se oyen golpes secos, uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.

Leopoldo María Panero

martes, 8 de junio de 2010

Gangrena

Que nada tiene solución.

Me lo dice todo:

El extraño brillo del sol reflejándose
en el columpio negro,
los dientes amarillo tabaco
de ese que habla por televisión,
el que seas la única persona
con la que no lloro por no reír.

Que cuanto más te alejas de la debacle,
más fuerte es la pestilencia: campa a sus anchas
en su monopolio mundial, frecuenta altas cumbres sin aire,
y le damos cobijo,
y le alfombramos los barrizales,
y le compramos amarillas flores de plástico.

Y el fuego fingiendo ser una casa,
y las ovejas fornicando con los lobos
perpetúan la rígida catedral (oro y carbón)
donde se asienta el orbe de lo humano
en la que, arrodillados,
concentrados en el ancestral sacramento de la envidia,
nos olvidamos de que no somos el Tiempo mismo,
sino tan sólo sus juguetes de papel que se mueve al viento,
y de que otros, incontables otros, vendrán tras nosotros.

Y no tardarán ni un suspiro en olvidarnos.

martes, 18 de mayo de 2010

Eres más fría y distante que en la noche las estrellas.

Si con los labios azules,
las manos temblorosas,
los momentos y el dolor
y el quemazón de la arena
corroyendo nuestros cuerpos
no hallaste aún,
Medea esculpida en alabastro,
el fiel licor que te resolviese los milagros,
al menos mira a las estrellas que se te asemejan
y que, calladas, dictan el destino
de nuestros pechos suspirantes
y entrelazados.

Ahí encontrarás las verdades muertas
que prefieres a la sangre palpitante y sincera,
pero imperfecta.
Y si tengo tres lenguas y hablo alto,
mi tan dulce y oscura diosa,
en arpía transmutada, cruel e insidiosa,
no es por desconcertarte ni causar tu espanto:

Con una escupo poesía, ceniza y esbalto,
con la otra soy cortés, tarea tediosa.
Mas contigo, de la verdad deseosa esposa,
siempre estuve de excusas falto.

Con la tercera trato de parar los asaltos
que me cuelas por la garganta - la garra ávida
de corazón - en cuanto despego los labios.

Ahora ignoras mis discursos, impávida,
y crees que siempre te mentí. Tus agravios
siguen dulces, mis razones, inútiles.

Miras en derredor, todo vacío, como un dios
sin creación reniegas de los seres fútiles:
piensas que todo valió nada y que nada tuvo sentido.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Sobre la métrica y la rima

"No comprendo por qué es necesario caminar sobre un hilo y, además, agacharse cada tres pasos"
Saltikov-Schedrin

Ensayo

Y si me miras y me ves triste:
no preguntes el por qué.
Estoy sonriendo por dentro
ante la constatación de lo
absurdo de la melancolía, contigo.

Y aun así, ese yo que me perseguía antes de llegar,
la echa de menos.

Tablero

Quiero montarme en un autobus
del que no sepa destino ni nombres,
para dejar atrás la vida de la cual los sé demasiado bien.

Lo lento se volverá raudo.
Volar, caer;
saltar, mecer.

Huiré a esa tierra de la que sé nombres
pero no extensión,
y así no tendré que correr en círculos
para huir de mí en las noches de insomne arrepentimiento.

Y allí podré correr desnudo:
hierba entre los dedos,
eucalipto en las fosas,
sin tener frío en las piernas
ni temor en la sien.

No me cojas de la mano, si me ves,
no allí, no, allí no querré recordarte,
para eso están las lápidas.
Allí te re(-)conoceré una y otra vez
(y otra)
y danzaremos, desde el origen al fin del todo.
Como las fichas que vuelven a la caja
después de representar.

Arcos frotan cuerdas, lunas surcan océanos.

Y todo esto es tuyo

Voy a desnudarte lentamente,
como un esteta. Primero los ritos
cotidianos, los tedios malditos
luego. De lo antiguo a lo urgente

te despojaré de lo que asiente
en tí a los moldes, las épocas, los mitos
de la moral. Recúbrase de exquisitos
perfumes tu ser, seas la simiente

de una nueva Tú, inmaculada
y pura, libre ya de horizonte
y cadenas, de nombres. Ya fundada

tu esencia, la angustia ausente
y los recuerdos sepultados, amada,
reconóceme, sé tú, conmigo, tú.

martes, 11 de mayo de 2010

El cerdo saltó la valla con gran gallardía y elegancia.

(Frase encontrada en un cuaderno antiguo)

lunes, 10 de mayo de 2010

Lamento de un condenado a muerte

Hasta hoy me creía inmortal.
Mi vida, nuestra separación,
asemejabaseme al movimiento
de los astros o del minutero:
tan lento que no sucede.

Ahora, esta segunda meta,
trampolín hacia el despeñamiento,
lo precipita todo, catarata inmisericorde.
Como unas arenas movedizas,
¡traga todo mi ser!

lo que apenas fui, lo que soy
(y que en breve no seré)
y lo que no me dará tiempo a ser.

La existencia sólo se activa
cuando se atisba el fin del horizonte,
sólo que, en estos casos,
verlo y caer, como abrir los ojos y mirar,
parece un mismo suceso.